Es esa inexplicable sensación, ese frío extraño que se
apodera de mi estómago y mis manos cuando observo tus fotografías, y me doy
cuenta que siempre estuviste ahí, plasmada en un papel.
Fotografías que hasta el día de hoy tienen atrapados mis
insomnios, mis ganas de amarte, mis lágrimas por querer abrazarte.
Hoy te escribo y a la vez no, te escribo porque es la única
manera de desahogar mis penas, de desahogar todo este gran maldito pero
verdadero sentimiento.
Hoy, no sé si seas ésa a la que le dedico mis versos, mi más
pura esencia, mi vida.
Hoy quizás me arrepienta de haberte conocido; crudo y real,
pero quizás lo mejor fue nunca habernos encontrado.
Supiste engañarme con tus emotivas respuestas a mis eróticos
saludos, ésos que venían con intención de amarte más allá del cuerpo, del alma.
Siempre me imaginé formando parte de ésas fotografías por
las que todavía sueño, formando parte de tu vida.
................... Sin palabras. Por primera vez tus letras me dejan muda para escribir algo.
ResponderEliminar